domingo, 6 de diciembre de 2009

La deuda externa en america latina y en el Tercero Mundo


Aún a pesar de la supuesta recuperación económica experimentada por la economía mundial durante el 2006, la deuda externa continúa afectando severamente el desarrollo económico y social del Tercer Mundo.Los organismos financieros y económicos internacionales declararon que el crecimiento para Estados Unidos fue importante, así como la expansión cobró auge también en la zona del euro y en Japón. Pero, realmente, fueron los mercados emergentes, China y la India sobre todo, los que crecieron con rapidez. Así mismo para los países exportadores de petróleo, el desempeño ha sido favorable, no así para los países importadores de combustibles.Es necesario destacar como los precios del petróleo y de los metales han marcado nuevos máximos, empujados por las limitaciones de capacidad excedentaria en los mercados mundiales, en medio de importantes aumentos del PIB y, en el caso del petróleo, por la agudización de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, así como por los riesgos de producción en algunos de los principales productores (especialmente Nigeria). Los datos de los mercados de futuros llevan a pensar que los precios del petróleo se mantendrán elevados en el futuro inmediato.En este contexto económico internacional, las tensiones financieras en los mercados han marcado el paso para el endurecimiento de las condiciones que afectan al proceso de endeudamiento del Tercer Mundo.Durante el 2006 se observó como los principales bancos centrales, tanto en los países desarrollados como subdesarrollados, reaccionaron aplicando políticas monetarias más estrictas. La Reserva Federal de Estados Unidos subió las tasas de interés hasta junio e hizo una pausa en agosto; el Banco Central Europeo volvió a incrementarlas en los últimos meses; y el Banco de Japón puso fin a la política de tasas cero en julio.El dólar de EE.UU. continuó retrocediendo frente al euro y, en menor medida, frente al yen. La creciente preocupación por la inflación y las restricciones monetarias debilitaron los mercados de acciones de las economías desarrolladas.Estas fluctuaciones atentan severamente contra los procesos de renegociación de deudas de los países subdesarrollados. Sin dudas, durante el 2006 se produjo una reevaluación fundamental de los riesgos económicos por parte de los centros financieros más importantes a nivel mundial, y el reflejo más evidente se encuentra en las correcciones de las tasas de interés , en gran medida determinadas por las fuertes alzas de los precios.Según cifras del Fondo Monetario Internacional de septiembre del 2006, el monto de la deuda externa de los países subdesarrollados se ha mantenido en torno a los 2,1 millones de millones de dólares.(WEO, 2006)La deuda externa sigue constituyendo una pesada carga para las economías subdesarrolladas y en años recientes su distribución por regiones ha variado. Varios factores han influido en las nuevas tendencias que se observan en relación al monto de deuda externa acumulado por las regiones, entre los que se incluyen: la inestabilidad financiera de los mercados emergentes, la deteriorada situación socioeconómica en África, y el atractivo que presentan para las inversiones extranjeras regiones como Europa del Este, Medio Oriente y Asia.Para el 2006, las regiones participaban en el monto de la deuda total de la siguiente forma: África con 7,7%; Asia el 28,3%, Medio Oriente el 7,8%, Europa del Este 21,1%, la Comunidad de Estados Independientes 11,5% y América Latina con el 23,6%.(WEO, 2006)Cálculos efectuados revelan que en el período 1986-2006, los países subdesarrollados pagaron 5,1 millones de millones de dólares por concepto de servicio de la deuda o sea 256 mil millones de dólares promedio anual. (WEO, 2001; WEO, 2006)La situación sigue siendo extremadamente delicada para los países del Tercer Mundo afectados por este flagelo. Ninguna de las iniciativas desarrollada por los acreedores ha podido encontrar la solución verdadera al problema.

En Mayo del 2006, un Grupo Independiente de Evaluación del Banco Mundial, publicó una segunda evaluación acerca de los avances de la iniciativa para la reducción de la deuda externa en los países pobres altamente endeudados, iniciativa esta aplicada por las instituciones financieras internacionales desde 1996.Entre líneas el informe revela que el proceso se encuentra a punto de interrumpirse temporal y completamente, dejando a millones de personas pobres en el mundo pagando con sus vidas el servicio de deudas insostenibles a los países más ricos y a las instituciones financieras internacionales .La evaluación realizada por el Grupo Independiente de Evaluación del Banco Mundial recoge información estadística que confirma la decepción que experimentan los países endeudados ante los escasos y dilatados resultados del proceso en cuestión.Sin que los resultados obtenidos puedan ser catalogados de positivos, ya el Banco Mundial no sólo cerró la lista de potenciales candidatos a la iniciativa a finales del 2006, sino que las probabilidades de que muchos de los candidatos existentes lleguen al final de la carrera de obstáculos dispuesta por el FMI para lograr un total alivio de la deuda son escasas.Ya se conoce que los países son considerados para la iniciativa si resultan elegibles de acuerdo con las condiciones crediticias impuestas por Banco Mundial: contar con un valor actual neto de la deuda que represente el 150% del valor anual de sus exportaciones, o contar con un valor de deuda del 250% del ingreso nacional, luego de haberse otorgado el alivio de la deuda estándar del “Club de París”. Además, deben contar con una trayectoria establecida en materia de reformas y haber elaborado una “Estrategia de Reducción de la Pobreza”Para alcanzar el punto de decisión , un país debe contar con una trayectoria en materia de estabilidad económica, haber preparado un documento provisional de “Estrategia de Reducción de la Pobreza” , así como haber liquidado cualquier pago atrasado de la deuda. En este punto, funcionarios del Banco Mundial y el FMI realizan un análisis préstamo por préstamo de la sostenibilidad de la deuda para determinar el nivel de endeudamiento del país y la cantidad necesaria de alivio de la deuda que este debe recibir.El período intermedio entre los puntos de decisión y culminación de un país varía según la rapidez con que el país pueda implementar su estrategia de reducción de la pobreza y mantener una estabilidad macroeconómica.Para que un país alcance el punto de culminación debe mantener la estabilidad macroeconómica de conformidad con un programa respaldado por un Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza , llevar a cabo reformas neoliberales según lo acordado en el punto de decisión e implementar un Documento de Estrategia de Lucha contra la Pobreza de forma satisfactoria durante el transcurso de un año. Una vez que el país alcanza el punto de culminación se le otorga el monto total del alivio de la deuda que en ese momento se torna irrevocable.Hasta abril de 2006, sólo 18 países habían alcanzado el punto de culminación , 11 países se encuentran en el punto de decisión y 11 países se hallan en el nivel previo al punto de decisión . (Banco Mundial, 2006)Esta carrera de obstáculos incluye el entablar un proceso de reforma aprobado por el FMI, alcanzar un acuerdo con el Club de París de países acreedores ricos, desarrollar un documento provisional de Estrategia de Reducción de la Pobreza en consulta con la sociedad civil para alcanzar el Punto de Decisión, y luego “mantenerse encarrilado” con la Estrategia y pagos de la deuda (incluyendo la liquidación de cualquier atraso) durante el transcurso de al menos un año para llegar al Punto de Culminación.La última revisión de la iniciativa por el Grupo Independiente de Evaluación del Banco Mundial fue presentada en el año 2003 y resultó ampliamente discutida por los escasos avances que revelaba. Después de tres años no ha cambiado nada. Las críticas relacionadas con esta iniciativa se mantienen:

• Los montos negociados son pocos y se otorgan demasiado tarde.

• No brinda una “salida permanente” al círculo vicioso de la insostenibilidad de la deuda y de reprogramación de la deuda para los países pobres.

• Continúa siendo utilizada como una herramienta para impulsar la agenda neoliberal de privatizaciones, eliminación de controles al capital y liberalización comercial que con frecuencia ha demostrado ser desastrosa para las economías de los países subdesarrollados.

• Su enfoque para calcular la sostenibilidad de la deuda omite tomar en cuenta los derechos humanos a la educación básica, salud, agua, etc. de las poblaciones deudoras (y específicamente el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio ratificados por todas las partes involucradas) los cuales deberían constituir una prioridad por encima de los reclamos de los acreedores ricos.

• El FMI (controlado efectivamente por los países acreedores ricos) y el Club de París de acreedores soberanos ricos continúan siendo jueces de sus propios casos contra los deudores, negándose de esta forma el derecho fundamental a la imparcialidad esencial para que se haga justicia.

Lo que esta última revisión destaca son algunos pequeños avances en el logro de al menos cierta reducción en la actual carga de la deuda de los países que han alcanzado el Punto de Culminación (18 países).

Cabe destacar que los países desarrollados en el año 2005 volvieron a incumplir con el compromiso en materia de Ayuda Oficial para el Desarrollo, ya que debían haber aportado, en función de la meta del 0,7% del PIB, 123 mil millones de dólares, lo cual no se realizó. (CAD, 2006)El informe también concluye que la reducción se ha logrado a través de la utilización de recursos adicionales, de manera que los flujos netos hacia los países incluidos en la iniciativa han aumentado. Es decir, las donaciones y otros préstamos blandos han continuado desembolsándose al menos al ritmo en que lo habrían hecho de no existir la iniciativa. Sin embargo, el informe indica que los pronósticos en materia de crecimiento, exportaciones e ingresos utilizados para determinar cuánto alivio debe otorgarse siguen siendo demasiado optimistas.

Esta evaluación deja en evidencia como el propio Banco Mundial ha reducido sus ambiciones de pretender alcanzar una “salida permanente” a los problemas de la deuda a “eliminar la sobrecarga de la deuda dentro de un período razonable”, lo cual si bien reconoce un hecho objetivo no puede ser más decepcionante para los países afectados.Las relaciones (deuda-exportaciones y deuda-ingreso) que podrían utilizarse en los cálculos de sostenibilidad de la deuda han empeorado para casi todos los países desde la Culminación, y 8 de los 18 países presentan porcentajes por encima de las metas de la iniciativa. Es decir, lejos de brindar una salida permanente a los problemas de la deuda, la iniciativa se ha convertido en otro paso más dentro del círculo aparentemente interminable de la renegociación de la deuda. (WEO, 2006)De hecho, el informe reconoce esto explícitamente al formular algunos lineamientos para “futuros esfuerzos de alivio de la deuda”. Incluso hace referencia a las demandas que desde el comienzo de la iniciativa, muchos expertos han señalado: que el grado de alivio de la deuda resulta inadecuado, que se necesitan otras reformas (como por ejemplo al equilibrio de poder en el sistema de comercio internacional) y que se requieren muchos más recursos para poder romper este círculo.El informe también deja en evidencia que los restantes candidatos, lejos de estar avanzando firmemente hacia el Punto de Culminación y la cancelación total de la deuda, están retrocediendo en lo que respecta a cierta cantidad de indicadores.Otra de las iniciativas mediáticas sobre el tema de la deuda externa fue la realizada por el Banco Mundial para anular la deuda a 17 países pobres altamente endeudados (13 africanos y 4 latinoamericanos), antes del 1 de julio del 2006. Sin embargo, esta iniciativa no ha significado un esfuerzo monetario de importancia para dicha institución, ya que en los últimos 10 años (desde que se lanzó la iniciativa de reducción de la deuda a los países pobres altamente endeudados), el Banco Mundial solo ha gastado 2 600 millones de dólares, para disminuir la deuda de dichos países, de 38 000 millones de dólares que posee de fondos propios. (Banco Mundial, 2006)

Esta iniciativa fortalece el control que los acreedores imponen a los países del Tercer Mundo por intermedio de la deuda. Justamente, para conseguir esta cancelación de la deuda, los 17 países involucrados (dentro de América Latina y el Caribe, los seleccionados fueron Bolivia, Nicaragua, Honduras y Guyana) han tenido que realizar una auténtica travesía sembrada de obstáculos: reducción drástica del presupuesto social, privatizaciones masivas, apertura de los mercados, liberalización de la economía para mayor beneficio de las sociedades multinacionales y de los inversores internacionales.Todos estos países han pagado a un costo muy elevado, en términos de sufrimiento humano, el derecho de ser elegibles (por la iniciativa). En otras palabras, lo que se paga a cambio de la cancelación de la deuda es el encadenamiento a una política económica contraria a los intereses de desarrollo nacional.También, muchas de las propuestas de los acreedores entrañarían nuevas gestiones de la deuda multilateral relacionadas de alguna forma con el Banco Mundial y el FMI. La realidad hoy revela que, aunque sigue habiendo cierto debate acerca de la amenaza que entraña la crisis de la deuda para la estabilidad financiera internacional, la mayoría de los expertos coinciden en que los bancos, al establecer reservas, han adoptado medidas adecuadas para absorber las pérdidas para sí mismos que pudieran resultar de la falta de pago por el deudor grande en particular.